Revista INARTES, Año I, Vol. 1. No. 1, junio-noviembre de 2024. ISSN Impreso: 3060-9704
Odalís G. Pérez es académico y profesor, doctor en Filología y Semiótica por la Universidad de Bucarest (Rumanía). Su producción intelectual incluye más de treinta libros y un centenar de ensayos y artículos en prestigiosos diarios y revistas del país sobre diversos aspectos de historia intelectual y cultural de la República Dominicana, el Caribe y Latinoamérica. Pérez ha sido director de la Escuela Crítica e Historia del Arte y de Cine, Televisión y Fotografía, y actualmente es director de la Escuela de Teatro y Danza. Además, es Miembro de Número de la Academia Dominicana de la Lengua, de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, así como miembro de la Asociación Dominicana de Críticos de Arte.
Qué sucede allá donde el artista sueña en un tiempo libre del inconsciente? ¿Qué hora es en la trama de sus sueños? La noche y el día son la misma cosa en los escenarios soña- dos por el artista HRSuriel, y sin embargo la imagen se convierte en un poema visual ci-
frado con trazos y líneas, puntos cromáticos, caminos que inducen a cuerpos, entrecruces imaginarios y conductos que dicen su propia travesía. El universo abierto de HRSu- riel se prolonga cada vez que un espectador se sorprende, acercándose a su laberinto-museo de objetos, cuerpos, pa- peles, relatos visuales, objetos astrológicos, claves y esca- las mentales. Sin embargo, estas fases imaginarias sugie- ren otros sueños como obras de arte y signos advertidos en fórmulas oníricas. Lo que implica fracturas, mundos abs- tractos, figurales y postfigurales; sujetos y posicionamien- tos del instante. La línea demarcatoria de la obra-mundo de este artista se abre a una geografía visual basada en una aventura (pantopia-utopía) surcada por varios relatos bifurcadas en espacios expresivos, tejidos a partir de una paleta y una gama especial de colores que aluden y a la vez se aplican y acentúan desde una conjunción temática, formal y temporal asumida, sostenida y pulsada por una visión tempo-espacial de la significación visual.
Se trata, sobre todo, de trazar y transformar cuerpos en orden, extensión y materia narrativa e imaginaria, que a la vez sugieren experiencias prevanguardistas, vanguar- distas y postvanguardistas; experiencias que el artista re- significa a partir de modelos propuestos por una lectura ideológica de la historia del arte y de las imágenes que se van definiendo en la congruencia e incongruencia de una práctica pictórica activada por la relación sustancia-forma, sustancia-contenido y forma-sentido propia del artista.
Ya hemos visto como nuestro artista ha constituido procesualmente su propio mundo de signos, demonios poéticos y artísticos; caminos y horizontes pulsados y pin- tados como retratos, registros cromáticos, estrategias, téc- nicas, historias ideales, apliques verticales, horizontales, circulares, troncales, triangulares, y, básicamente focales y direccionales que se conjugan en lo que desde Vico, Kant, Hegel y Croce se ha denominado, en un primer momento de la modernidad, como “la Obra de arte”.
HRSuriel ha desbloqueado este concepto como tér- mino y fase de elaboración, pero además, como libertad creadora, mundo-de-la-obra reconocido como cuerpo, imaginación sentiente, forma cromática, forma figural y enmarque dialéctico. De donde surge la tensión objeto-su- jeto, objetividad-subjetividad y particularidad-generalidad
estético-visual. Todo este tipo de tensión-significación ha sido motivo para que el artista produzca una subversión creadora, donde los sueños provienen de sus motivos sur- gentes de la escena onírica. La razón y la sinrazón pro- ductivas empalman con los límites de la representación realista, toda vez que los sueños del artista y de cualquier soñador-creador se armonizan como formas sentientes, figuralidades fragmentarias, posicionamientos percep- to-sensibles y la consistencia de la entidad o entidades artísticas legibles en todo lo que es el programa de nues- tro artista. El aire y los sueños pensados y analizados por Gaston Bachelard justifican la maquinaria de HRSuriel.
Es el escenario donde aparecen los enormes tanques, mo- tores, jeeps, aviones, pistolas de guerra, aparatos de tortura y otros objetos llamados “civilizatorios” y utilizados para domesticar ideologemas y representaciones posicionadas en el mapa, o, los mapas de la memoria y la imaginación. La influencia kafkiana se hace visible como proceso, con- dena y fragmentación del cuerpo.
Así las cosas, el tropismo y el politropismo figural crean un trayecto metafórico, alegórico y simbólico. Las líneas de sentido cobran diversos valores y significados en el nivel artístico de superficie y profundidad. Orillas, ejes, nudos, capas de materia química incrustada en tela y vi-
sibilidad del código-lenguaje que se acerca más al espectador. Pide piel,
La influencia kafkiana se hace visible como proceso, condena y fragmentación del cuerpo.
mirada, sentido, testimonio y obje- tos para asumir de esta manera, el cuerpo en movimiento y otros es- tratos, grados y sitios de creaciones fluyentes y convergentes en formas
Una comparación de los nuevos productos pictóricos creados por el artista en el transcurso del 2019 hasta el presente año llama a una reflexión de proceso que pide entrar en estructuras y formas de tejido interno y externo de la obra. (Véanse piezas como San Francisco de Asis, Jesús, El Cristo, Santa Rita, San Pedro, San Martin de Po- rres, Juana de Arco, donde la problemática del fragmento, el gesto individual, el residuo material, el orden-desorden de la misma instancia individual y colectiva transmiten su sentido, su desasimiento, el síntoma, así como el entrecru- ce de experiencias visibles, experimentales y virtuosas). Una estética integradora como la de este artista parte del principio estético de la obra visual y abierta asumida por su creador.
Ciudades, espejos, ojos cósmicos, motores a favor de la velocidad, sueños que son ventanas, ríos, atajos, ruta- rios escabrosos, gigantescos cuerpos en cuyos miembros ordinarios encontramos números, piezas mecánicas y electrónicas que traducen el estado actual de la familia, el trabajo, los medios de transporte, agresión y destrucción.
y motivos de curación, soluciones y técnicas de espacio; sentido inducido y construido como creador.
Si la cosmovisión de nuestro artista pronuncia acuer- dos, desacuerdos, orígenes y golpes de historia y signifi- cación en lo que leemos o aceptamos como obra-lengua- je, es porque la poética de los umbrales, los cuerpos y la rebelión de los objetos, imágenes y formas del sentido la encontramos en la misma práctica productora y demole- dora de imágenes y mundos de representación extendidos en el mapa referido a la escena del origen y la pérdida de ese lugar tan peligroso que es el mundo de hoy; el mismo que se impulsa hacia lo pictórico entendido como efecto, percepción y movimiento serial, y pronunciado como eje cromático orientado al sentido de la imagen pictórica.
¿Cómo se explica el “fenómeno” HRSuriel en el arte dominicano arribando el 2020? Como ya hemos subrayado en Odalís G. Pérez (2019, pp.40-48, pp. 80-86 y passim.), el orden visual, cromático y neoépico de su mundo se vuelve fantástico y trascendente como pacto poliestratifi- cado y confesional.
La inscripción que leemos en la Breve Historia del Arte Moderno de Susie Hodge, sobre las tendencias de creación artística contemporánea (Ed. Blume, 2019), y donde la autora examina cincuenta obras que han aporta- do claves para el entendimiento y creación de nuevos len- guajes del arte, tiene incidencias y explica por qué el autor visual de nuestros días ha producido un desbordamiento del continente estético-artístico, una incisión y apertura de los sentidos de la mirada artística.
El concepto visual de arte fantástico y postpictórico en nuestro artista, supone una lectura-meta-lectura de pri- mer y segundo orden, de tal manera que la organización del cuadro y su diseminación, absorbe lo que hemos lla- mado “los sueños de HRSuriel”. El sueño propicia una ex- periencia fundante como obra lenguaje. Dicha experiencia induce a rehacer los puntos de base en la composición y metacomposición de la obra en los senderos, maniobras, ángulos y enmarques posibles del producto. Más que en la productividad significante de la obra, el artista contextua- liza la escena onírica en tanto que mundo visionario.
Así las cosas espacialismo, neobarroco, expresionis- mo abstracto, arte negro y simbólico, realismo fantástico, neorrealismo, densidad cromática y otros valores, inciden en la poética visual de un creador que en cada etapa sella su búsqueda en el marco universal del arte. Indudable- mente, la estética visual de nuestro creador que parte de modelos “históricos” del arte, la artisticidad y lo artístico presenta su obra a un público “transfronterizo” y deseoso de consumir relatos, narrativas y mediaciones visuales.
El corpus histórico de obras, lenguajes, sitios artísti- cos, productividades genealógicas y visuales del arte des- tacado en Una cronología del arte. Desde la prehistoria hasta el presente (Ver Slavoj Žižek, y otros (Eds. Librero, 2018), resulta de gran utilidad para comprender una tra- vesía productiva de las artes visuales en contexto de for- ma-sentido. Así, cuando un autor visual como HRSuriel elabora una obra sobre ejes expresivos concentrados en la estructura de superficie y profundidad de la imagen, su horizonte asegura un tipo de comprensión sobre la base de aperturas significantes.
Al investigar un corpus tan denso, rico en lecturas y construcción de sentido como el que estudiamos y tendre- mos que seguir estudiando a través de sus operaciones sig- nificantes, podríamos también compartir y comparar expe- riencias intrapictóricas e interartísticas con base en una lecturabilidad procesual de imágenes míticas y metafísi- cas pronunciadas, proyectadas en el espacio-tiempo de la cultura dominicana y universal.(Véase nuestra monogra- fía Universalismo Visual de HRSuriel, 2019, pp. 32-34).
El motivo que ordena la obra de HRSuriel se abre a las distintas miradas públicas abiertas a opiniones diversas modeladas por el ojo del artista y las soluciones del “ojo creador y espectador”; lo que supone fondos míticos, ma- quinarias, narrativas descriptivas, conceptuales, históricas y creacionales. Este proceso que supone absorción, expre- sión nuclear, ilusión, percepción y mostración psicovisual encuentra respuestas en el sentido antes explicado y de- construido. La pluralidad de lo enunciado en este caso, se apoya en la dirección iconológica e iconográfica del artista y la misma surge de los sueños estimados y conjugados en un discurso estético-visual y percepto-formal.
En la medida que evoluciona su obra HRSuriel crea otras variantes desde el punto de vista estilístico y se- miovisual; lo que hace posible en su caso la pintura-río surgente de la base temática misma de la obra. Esta di- mensión recesiva de la pintura, lo pictórico y lo pintado presenta detalles en cuanto a la comprensión dialéctica de la forma-sentido, esto es, la forma-sustancia de un opus apoyado en el imaginario creacional que le sirve de fun- damento, tal y como se hace observable en las soluciones estéticas asumidas por el artista.
El eje de un cosmos que en todo momento absorbe particularidad y generalidad temática, es lo que pronuncia el proceso que, en su caso, se origina en la tensión mo- dernidad-ultramodernidad. Ahora bien, si leemos la obra de HRSuriel en el espesor mismo de su enunciación po- dríamos situar cada detalle de la misma en sus claves de creación y productividad. Lo que explicaría entonces el
“Lucky aNueva crucifixión” / 104”×62” / Acrilica sobre tela / HRSuriel (2018).
ritmo específico y modal de su obra. Modelo, antimodelo; obra-sentido, fenómeno-contexto, icono-sustancia, forma de la expresión-forma del contenido y otras corresponden- cias explican el llamado mundo de la obra conformada por su imaginario estético-sensible y su específica tensión creacional.
Una de las claves que en nuestro artista ayudan a comprender su obra son los sueños. El tejido onírico tras- cendente que en la misma obra hace visible los diversos eventos y especies de la cultura universal, las mil noches y una noche presentes en su obra (y que conforman la en- ciclopedia-mundo de sus imágenes convertidas en sujetos de la producción visual), surgen allí donde una pluralidad de espejos revelan fantásticos territorios, fuerzas, objetos, máquinas, escenarios y sentidos. Observamos la variedad de formas técnicas y fórmulas que inducen al núcleo dia- léctico de su creación. (Ver las seriaciones de HRSuriel en Aparat, La estancia de lata y Casa balística).
Es evidente que los sueños de HRSuriel se inscriben en una metarrealidad aceptable como imagen, signo, sím- bolo, especie, espacio y tiempo de la obra. El desborde re- al-imaginario, tecnofantástico y corpo-visual implica, en el caso de su obra, una travesía creadora estimada como re- lato y contrarrelato. Entrada y salida del laberinto revelan un campo extensivo de significación y producción donde ritmo, sentido y tiempo de la obra articulan y constituyen un lenguaje de comunicación, significación y producción donde las imágenes y la captura de sueños se multiplican en la superficie-profundidad de su lenguaje-creación.
Los aparatos de tortura, destrucción, amenaza, vio- lencia que aparecen en la obra de nuestro artista se ha- cen legibles en los sueños que, como demonios y formas construyen los niveles críticos de su relato, los momentos diversos de su invención y la vida misma de sus formas visuales. La tarea de un curador-artista en este caso, puede ser tomada como síntoma-presencia de un conjunto moti- vado por la misma undimbre de los sueños que le sirven de modelo, (Magnum Theatrum Cabalisticum), tal y como lo
presenta Karl Gustav Jung en su psicoanálisis imagológi- co, donde se lee el ícono como tipo símbolo y matriz. (Ver, El hombre y sus símbolos 1964 (1995).
En efecto, la secuencia visual que nos presenta el ar- tista mediante las tres expoindividuales conocidas (Apa- rat, La estancia de lata y Casa balística), son indicadoras de un fenómeno donde la occidentalización, el orientalis- mo y la condición errante que ha vivido el artista mediante la búsqueda y fundación de territorios reales, imaginarios y mitográficos. Los datos biográficos del artista conducen evidentemente a su obra-mundo, tal como hemos podido advertir en sus últimas creaciones. (Véase, la teología de la pintura aceptada, asumida por el artista, no como asun- to doctrinario, sino como la “cosa mística” de personajes cristianos: San Martín de Porres, San Pedro, San Francis- co de Asís, y otros.
¿Através de cuáles dispositivos artísticos, iconográfi- cos, formales y estéticos se ha conformado el Opos visual de HRSuriel? La crítica sobre su obra (Marianne de Tolen- tino, Danilo de los Santos, Amable López Meléndez, Fidel Munnigh, Abil Peralta Agüero, Plinio Chahín, quien esto escribe y otros), ha ponderado la significación de un nivel creacional mediante el cual se hacen observables los cru- ces, entrecruces y travesías conformadoras de un producto y una productividad de procesos y niveles de fascinación visual.
...Es decir, sueños, laberintos, “músicas visuales”, maquinarias oníricas, comandos virtuales, suspensiones iconográficas, ojos descomunales, supramundos e infra- mundos, motores agresivos, aviones destructores, cadáve- res belicosos, siniestros objetos, espejos espectros, gigan- tescos falansterios, cabezas mecánicas, tanquetas, pistolas y otras armas de destrucción masiva orquestan los escena- rios de sueños que les han servido de modelos y fuerzas espaciales a sus obras.
“Real quiet. Pareja mitica” / 52”×62” / Mixta sobre tela / HRSuriel (2019).