Revista INARTES, Año I, Vol. 1. No. 1, junio-noviembre de 2024. ISSN Impreso: 3060-9704


ARTE Y ARQUITECTURA


Arelis Subero

Es una destacada académica con una sólida formación en metodología de la investigación científica y epistemología, habiendo obtenido una maestría y varias especialidades en esta área. Es arquitecta graduada en 1991 y ha realizado diversos diplomados relacionados con la educación y el arte. Desde 1991, ha tenido una prolífica carrera docente en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), enseñando en facultades de Artes, Inge- niería y Arquitectura. Además, ha desempeñado roles administrativos como vicedecana y directora en la Facultad de Artes de la UASD. Su experiencia también abarca la participación en eventos académicos nacionales e internacionales, incluyendo la coordinación del Congreso Internacional de Artes Visuales. Actualmente, es la decana de la Facultad de Artes de la UASD.


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esde el principio de los tiempos el arte y la arquitectura, con sus características propias, comparten búsquedas en sus va- riadas manifestaciones -la pintura, el di- bujo, la escultura, la fotografía, la gráfica, el diseño, el mural- que modifican nuestra

experiencia del mundo y responden a todo un proceso de interpretación. A partir de sus croquis los artistas y los ar- quitectos parecen envolverse mágicamente en un torbelli- no de ideas que conduce a diseñar, dibujar, pintar, esculpir, fotografiar como si fuera algo completamente natural, fácil y espontáneo, en la vasta comprensión del acto creativo como acto sensible, que responde a una experiencia en un contexto determinado.

Uno de los fines de la arquitectura es homenajear la belleza a través de la utilidad. Este rasgo la convierte en arte debido a la necesidad de expresar sentimientos y emo- ciones que perfectamente pueden venir de un edificio o de una obra artística. La arquitectura es versátil y funcional, mientras que el arte comunica sentimientos y emociones del artista. La arquitectura es un arte que, combinado con

algunas técnicas, permite a los arquitectos ser capaces de crear, diseñar, construir y proyectar una gran cantidad de construcciones hermosas. Es un arte que necesita de la in- teracción de los seres humanos; un arte “habitable” que cumple con una función específica, más allá de la mera contemplación estética. En un sentido estrictamente uti- litario, la verdadera arquitectura se piensa y se construye con un fin específico: brindar espacios donde vivir, traba- jar, divertirse, viajar. La arquitectura no puede desligarse de un fin social porque, de hacerlo, sería escultura.

En el arte y la arquitectura se hace necesario explorar una serie de procesos interpretativos previos a la creación, que atienden al reconocimiento de nuestra capacidad de asombro, experimentación y comunicación de descubri- mientos como medios para generarpropuestas artísticas significativas. Heidegger, en un breve ensayo titulado “El arte y el espacio”, dice: “El espacio es ocupado por la fi- gura plástica y queda moldeado como volumen cerrado, perforado y vacío. ¿Se adueña la plástica del espacio? ¿Es una dominación del espacio?” (Heidegger, 2009, p. 13). De ahí se desprende el pensamiento de que es el espacio


El Museo Guggenheim Bilbao es un museo de arte moderno y contemporáneo en Bilbao (Vizcaya), España.



loque permite el habitar, o sea, su existencia. Si confronta- mos la arquitectura y todo ejercicio creativo desde su defi- nición, sus escenarios y sus paradigmas, podemos concluir que ya hemos asumido el “dónde estamos” y ahora nos corresponde proponer y afirmar la nueva ruta. De ahí sur- ge la interrogante de Baudrillard: “¿Hay una verdad en la arquitectura?”(Baudrillard & Nouvel, 2001, p. 9).

En una lectura más allá del espacio que define la ma- terialidad y lo que creemos evidente por medio de nuestros sentidos, desde la concepción de la obra, el acto creativo genera un amplio espectro de significados que abordan la percepción individual del mundo. Desde esta perspectiva, los productos del arte y la arquitectura son objetos que nos afectan y nos proporcionan experiencias visuales y estéti- cas ligadas a la funcionalidad. Así hay un reconocimiento de aspectos humanizadores que sugieren hacer una lectura que trascienda lo tangible, en donde tengan cabida otros valores como la cotidianidad, la vida en sociedad y la ha- bilidad interpretativa del sujeto que usa, habita, se refresca

al visualizar en su entorno el arte y la arquitectura.

En este “modo de ver” no es suficiente con tener có- digos, reglamentaciones, estudios y demás saberes institu- cionalizados para garantizar la satisfacción y el verdadero sentir del habitar que una persona pueda tener. Vivimos en un mundo que no hemos aprendido a mirar todavía. Tene- mos que aprender de nuevo a pensar el espacio. Solo se puede dar lugar a una relectura del “dónde estamos” para entender –de forma arriesgada y con toda la incertidumbre de la interpretación– la dirección hacia dónde ir (Gianni Vattimo, 2007, p. 1).

En este sentido, arte y arquitectura son una manera de intervenir el mundo a través de la apertura de significados y experiencias. Así, nos adentramos en las bases argumen- tales para la comprensión de los procesos interpretativos previos a la materialización de las obras de arte sin la con- secuente pérdida del sentido humano y social. Se trata de la metafísica artístico-arquitectónica, encauzada a través de la experiencia y la relación sujeto-espacio.


Instituto de Arte Contemporáneo en VCU / Steven Holl Architects



La arquitectura, como el arte en este siglo XXI, se en- cuentra confrontada con dimensiones que son inconmen- surables. Hay que inventar otras estrategias (Baudrillard & Nouvel, 2001, p. 33) y, apoyados por la tecnología, vi- sualizar los propósitos desde un enfoquemás humano. Este enfoque inspira la invención teórica de una nueva perspec- tiva interpretativa destinada al arte y la arquitectura, y la activación de recursos artísticos para promover aquellos valores sociales y humanísticos asentados en un rincón del quehacer creativo, despertando la sensibilidad y la expe- riencia del espacio como puntos de partida con códigos que transmitan calidad de vida sin necesidad de acudir a espacios sobre-elaborados y de alta tecnología, llevando al máximo la comprensión del entorno y del habitar.

Antes de imaginar un futuro tecnológico para los edi- ficios, debemos recuperar la capacidad de dialogar con el clima, convencidos de que la tecnología es una parte na- tural de la evolución del ser humano y no la solución a todos nuestros problemas. A este pensamiento sumamos la

internacionalización de los procesos de construcción. Sin importar los lugares, culturas o paisajes, deberíamos poder retornar a la idea de diseñar un edificio que responda al clima, al lugar y al uso de materiales locales —un edificio verdaderamente sostenible— para centrarnos en la idea de que la arquitectura no es simplemente una actividad estéti- ca, sino más bien un proceso de diseño integrado desarro- llado a través de diversas disciplinas.

Por lo que “reescribir” viene a ser una manera de des- cribir el derrumbe de esa masa sólida de conocimientos dentro de un proceso de diseño capaz de volver sobre sí mismo para lograr que las ideas se mantengan en movi- miento dinámico. Esto es posible desde una visión que permite adentrarnos en el proceso bajo el cual las ideas artísticas y arquitectónicas surgen y siguen generando en- laces para ampliar el conocimiento a través de este encade- namiento de ideas que encontramos en la relación entre lo que sucede en la vida cotidiana, las obras generadas desde el arte y la arquitectura, y la continua lectura y relectura


The Vessel es una obra de Laurence Dudeney construdia en Manhattan, Nueva York, Estados Unidos.


El edificio de la Bauhaus en Dessau, considerado Patrimonio de la Humanidad. Maarten (Flickr).



de las ideas de los artistas y arquitectos, en un reconoci- miento de la existencia de un espíritu sensible en donde se encuentran la creatividad y la innovación.

De hecho, Holl sostiene: “La arquitectura tiene el po- der de inspirar y transformar nuestra existencia del día a día. El acto cotidiano de agarrar el pomo de una puerta y abrirla hacia una estancia bañada por la luz, puede conver- tirse en un acto profundo si lo experimentamos con una conciencia sensibilizada” (Holl, 2011, pp. 8-9). Este des- pertar de una conciencia sensibilizada del que habla Holl lo podemos ejemplificar situándonos en una conciencia de la existencia a través de la experiencia de habitar el espa- cio y el arte. Nos encontramos con una serie de circunstan- cias -educativas, sociales, económicas y temporales, en- tre otras- que nos conducen a concretar una respuesta a las necesidades humanas, ya sea una intervención proyectual, desde la arquitectura y el espacio, ya en las obras de arte.

Este último concepto se podría describir como el surgi- miento de una sociedad que “no se contenta con los hechos; descubre en ellos valores y significados. Escucha atenta- mente las cosas, que son siempre algo más que simples co- sas porque le transmiten mensajes que tiene que descifrar”

, en obras arquitectónicas proyectadas o edificadas, gracias a su lectura que deviene en una interpretación sensible y sensata.

En el proceso interpretativo y de reivindicación del rol humanista y humanizador del arte, la arquitectura recarga nuestra mirada hacia lo trascendental en la experiencia del espacio-tiempo para apropiárselos y cuestionarlos, desde la concepción de una cotidianidad que acumula y gesta expe- riencias significativas, que sólo puede dar lugar a una relec- tura del “dónde estamos” para entender –de forma arries- gada y con toda la incertidumbre de la interpretación– la dirección hacia dónde ir (Gianni Vattimo, 2007, p. 1).

Artes y arquitectura coinciden en un conocimiento que acompaña el saber-hacer, el saber-pensar y el saber-in- terpretar. Aquí el ejercicio de la arquitectura se visualiza como una alternativa a favor de la reconstrucción concep- tual y la libertad creativa en cada obra escrita, esculpida, pintada o edificada, en la certeza de que puede ser leída, recreada y adaptada a lo largo del tiempo.

Desde las previsiones realizadas por Architecture 2030 se precisa claridad y visión. Para poder cubrir la de- manda de vivienda del futuro necesitaremos construir una increíble cantidad de metros cuadrados. Se prevé que en 2060 construiremos más del doble de lo existente en la tie- rra en la actualidad. Dado el c recimiento de la población mundial, el uso de recursos para la edificación de edificios sostenibles va a ser cada vez en mayor medida una cues- tión crucial para el sector de la construcción.

Diseño del arquitecto Santiago Calatrava 2003–2007 / Municipality of Reggio Emilia, Italy. Ganadora del premio ECCS European Steel Design Award 2009 Foto: Oscar Ferrari.